El Camino de Santiago silencioso, tranquilo, lejos de las aglomeraciones y de los albergues de peregrinos saturados y compartiendo dormitorios con muchas personas, el Camino de Santiago aragonés no es eso, especialmente si no sigues lo propuesto por todas las webs y reseñas que recomiendan siempre las mismas jornadas, pues eso no es el sentido del peregrinaje, sino que se trata de poder disfrutar del Camino en una forma de introspección y camino hacia el interior de uno mismo.

Pero también se trata de conocer gente de distintas partes del mundo, y descubrir que cada cual tiene sus motivos para peregrinar a Santiago. Para nosotros como hospederos es una suerte poder conocer gente tan variada y dispuesta a compartir esta experiencia, que esperemos seamos capaces de motivar para que el comienzo de esta aventura sea como se esperaban fuera o como ya fue en otra ocasión en el caso de repetirla.

En la zona en la que nos encontramos, la canal de Berdún, donde los pueblos están separados entre sí y los servicios brillan por su ausencia, esperamos que el Albergue de Peregrinos de Artieda sea como una isla en el mar, donde poder descansar, disfrutar de la gastronomía y encontrar una sonrisa tras largas horas de ruta.

El Camino también es disfrutar de la naturaleza, y Artieda y su entorno es un lugar para saborear los olores y colores que nos ofrecen los paisajes que nos rodean. Ver volar a los milanos reales sobre los campos de cultivo, con el pirineo siempre al fondo marcando el origen del que venimos, sus cimas nevadas que hacen que el río Aragón serpentee erosionando el territorio y dejando claro su capacidad de dibujar paisajes hasta encontrarse con el embalse de Yesa.

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